lunes, 10 de mayo de 2010

LA ILUSTRACIÓN EN FRANCIA

(http://www.portalplanetasedna.com.ar/ilustracion.htm)



La obra de los "Filósofos naturales" que sacudió al mundo en la Revolución Científica había afectado sólo a un número relativamente reducido de élites cultas de Europa. En el siglo XVIII, esto cambió drásticamente cuando un grupo de intelectuales, conocidos como los filósofos, popularizaron las ideas de la Revolución Científica y las utilizaron para hacer un análisis radical de todos los aspectos de la vida. En París, capital cultural de Europa, las mujeres tomaron la iniciativa de reunir a grupos de hombres y mujeres para discutir las ideas de los filósofos.
En su mansión de moda, en la calle St. Honoré, Maríe-Thérese de Geoffrin (imagen), esposa de un rico comerciante, organizó reuniones que se convirtieron en la nota destacada de Francia e incluso de Europa. Extranjeros distinguidos, entre los que se contaron un futuro rey de Suecia y otro de Polonia, compitieron por recibir invitaciones.
Al visitar madame Geoffrin Viena, fue tan bien recibida que exclamó: "Soy más conocida aquí que a dos metros de mi propia casa" Madame Geoffrin era una anfitriona amigable, pero firme, que permitió discusiones de amplio criterio, siempre que se mantuvieran dentro del buen gusto. Al descubrir que los artistas no se relacionaban particularmente bien con los filósofos (los artistas eran irritables y los filósofos hablaban demasiado), celebró reuniones separadas. A los artistas se les invitaba sólo los lunes; a los filósofos, los miércoles. Estas reuniones no erán sino una de muchas vías para la difusión de las ideas de los filósofos. Y esas ideas tuvieron tan amplia influencia sobre su sociedad, que los historiadores han llamado desde entonces al siglo XVIII la Edad de la Ilustración.
Para la mayoría de los filósofos, la «ilustración» incluía el rechazo del cristianismo tradicional. Las guerras religiosas y la intolerancia de los siglos XVI y XVII habian disgustado tanto a los intelectuales, que estaban abiertos, e incluso impacientes, de abrazar las nuevas ideas de la Revolución Científica. Mientras los grandes científicos del siglo XVII habían creído que su trabajo exaltaba a Dios, los intelectuales del siglo XVIII interpretaban sus conclusiones de manera diferente y le volvían la espalda cada vez más a la ortodoxia cristiana. En consecuencia, la vida intelectual europea del siglo XVIII se vio marcada por la aparición de la secularización, que ha caracterizado la mentalidad occidental moderna.
En 1784, el filósofo alemán Emmanuel Kant definió la Ilustración como el acto por el cual "el hombre se desprende de su inmadurez causada por él mismo’" Mientras periodos anteriores se habían visto impedidos por la incapacidad de “usar la inteligencia propia sin la guía de otra" Kant proclamaba como lema de la Ilustración: “Atrévete a conocer! ¡Ten el valor de usar tu propia inteligencia!”
La Ilustración del siglo XVIII fue un movimiento de intelectuales que se atrevieron a conocer. Estaban grandemente impresionados por los logros de la Revolución Científica y, cuando usaban la palabra razón —una de sus favoritas—, estaban abogando por la aplicación del método científico a la comprensión de la vida entera.
Las instituciones y los sistemas de pensamiento estaban sujetos a la forma racional y científica de pensamiento, tan sólo con que la gente se liberara de las cadenas del pasado y de las tradiciones sin valor, en especial, las religiosas.
El nuevo espíritu crítico de la Ilustración, que llegó a adoptar planteamientos científicos respecto de temas reservados hasta entonces a la exclusiva creencia de la fe religiosa o de la teología, estaba a su vez condicionado por la influencia decisiva de dos corrientes filosóficas ya delimitadas en el siglo XVII: el empirismo británico y la filosofía racionalista.
La asimilación y reelaboración de estas dos corrientes filosóficas constituyeron la síntesis teórica de la Ilustración. Su triunfo se debió fundamentalmente a dos autores franceses: Montesquieu (1689-1775), cuya obra fundamental, El espíritu de las leyes, aparecida en 1748, señala el momento en que se imponen las nuevas ideas, y Voltaire (1694-1778), que se haría famoso por sus críticas contra la autoridad, principalmente contra la Iglesia, y por sus abundantes escritos llenos de ingenio y de agudeza critica.
En cuanto a Rousseau (1712-1778), a pesar de pertenecer a la misma generación de filósofos ilustrados, constituyó una singularidad por el espíritu sentimental y popular que reflejan sus escritos, que ejercerían una influencia en la literatura romántica posterior. Con el objetivo de divulgar todos los conocimientos y las teorías de la Ilustración, los filósofos más destacados realizarían un gran esfuerzo editorial, que quedó plasmado en la Enciclopedia francesa (1751-1766), editada por Diderot y D’Alembert, donde intervinieron más de un centenar de colaboradores.
En esta monumental obra se reflejan los aspectos más característicos de la Ilustración: el escepticismo religioso, la confianza ilimitada en el progreso, el rechazo de la tradición, el enfrentamiento constante entre ciencia y religión, etcétera. Su éxito fue extraordinario en toda Europa y América.
Se puede decir entonces, que la Ilustración surge y se difunde bajo una consigna que reúne a todos los grandes pensadores europeos. Se abandona el orden basado en Dios y se instaura un orden basado en el hombre.

MÉTODO CIENTÍFICO Y PENSAMIENTO CRÍTICO


Enlace del primero de 8 videos que la cátedra recomienda ver y que se continúan de éste:


http://www.youtube.com/watch?v=-oikvaCid_s&feature=player_embedded#!

EL EMPIRISMO











Una de las ciencias que más avanzó y se desarrolló en estos momentos fue la mecánica, una parte de la física que estudia el movimiento. El científico inglés Isaac Newton fue quien dio el gran impulso a esta ciencia, enunciando las tres leyes de la mecánica que explican el movimiento de los cuerpos.
Sin embargo, no puede decirse que la mecánica sea precisamente una ciencia enteramente racional, a pesar de que recurra al auxilio de las matemáticas. Las nociones en las que se funda la mecánica están recogidas directamente del conocimiento sensible y experimental; no puede, por lo tanto, negarse este tipo de conocimiento como un conocimiento válido para la ciencia, como pretendía el racionalismo.
Así, en los siglos XVII y XVIII hubo también toda una postura de pensamiento, denominada empirismo (de empeiría = experiencia, en griego), que defiende como único conocimiento válido aquel que alcanzan los sentidos, ya que, según ellos, cualquier idea de carácter racional que nos formemos, si se analiza, se comprueba que, o bien, procede de la experiencia, o bien, de otras ideas que, a su vez, tienen su origen en la experiencia. Por lo tanto, es, en última instancia, la experiencia, esto es, el conocimiento sensible, y no la razón, la fuente última de nuestros conocimientos. Esta postura la mantuvieron fundamentalmente los filósofos ingleses John Locke y David Hume.

EL RACIONALISMO











Se llama así a la postura filosófica que mantiene a la razón humana como el único conocimiento válido; no acepta, en cambio, el conocimiento sensible, el adquirido por la experiencia, como científicamente válido.
Los defensores del racionalismo en aquel entonces fueron, principalmente, Descartes, Spinoza y Leibniz. Descartes se planteó el problema del conocimiento en la filosofía, tomando como modelo las matemáticas, que tan buenos resultados habían aportado a las otras ciencias.
Considerando que la matemática es la ciencia que presenta un método seguro y riguroso al conocimiento, Descartes intentó plantear cuál sería el método propio de la filosofía para alcanzar también un conocimiento seguro, o como él mismo decía “verdades claras y distintas”. Para ello, comenzó por lo que se ha llamado duda metódica cartesiana, que es poner en duda todos los conocimientos adquiridos para llegar a saber si verdaderamente es posible obtener algún conocimiento cierto:
Yo me persuadí de que no había nada en el mundo, que no había ningún cielo, ninguna tierra, ningunos espíritus ni ningún cuerpo. ¿No me persuadí también de que yo no existía? No, puesto que yo existía, sin duda, si yo estaba persuadido, o simplemente si yo había pensado alguna cosa [...]. De forma que después de haber pensado bien, y haber examinado cuidadosamente todas las cosas es necesario concluir y tener por constante esta proposición: yo pienso, luego existo, es necesariamente verdadera tantas veces como yo la pronuncie o yo la conciba en mi espíritu.
Por este procedimiento Descartes pretendió arbitrar un método para la filosofía similar al matemático, por el cual, a partir de axiomas, o verdades evidentes, se fueran deduciendo los demás conocimientos, que eran menos evidentes. Spinoza, por su parte, intentó esto mismo con la ética, y escribió precisamente una Etica more geométrico demonstrata.

REVOLUCIÓN CIENTÍFICA. RACIONALISMO Y EMPIRISMO : EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE ESA ÉPOCA.

http://www.portalplanetasedna.com.ar/ciencia_sigloXV.htm


Después de los descubrimientos científicos y geográficos de los siglos XVI y XVII, la concepción medieval del mundo se derrumbó. Sobre sus escombros se construyeron dos visiones, al parecer opuestas, pero a su vez complementarias. ¿Contradictorias? Depende del punto de vista, más bien hablan de cosas distintas: el empirismo y el racionalismo. Los primeros trataron de basar la filosofía en la experiencia, mientras que los segundos en la razón. Tal parece que los filósofos del primer bando, eran científicos de lo que ahora se llaman ciencias suaves (biología, medicina), y los segundos, de las llamadas ciencias duras (física, matemáticas). Es claro que los primeros se tenían que valer primero en la experiencia y los segundos primero en la razón, pero una no excluye a la otra. De hecho se necesitan mutuamente. (Carlos Gershenson)
La revolución científica comenzó en el siglo XV con la introducción del heliocentrismo como explicación astronómica. Esta teoría puso de manifiesto el hecho de que, si bien los sentidos “observan” determinados fenómenos, es la razón la que aporta la explicación última del fenómeno en cuestión. Así, el movimiento del Sol en torno a la Tierra, que aparentemente se observa, se explica, sin embargo, por un sistema heliocéntrico (colocando al Sol en el centro y en reposo) más sencillamente que por el sistema geocéntrico.
Como consecuencia, en los siglos XVI y XVII la ciencia, y especialmente la filosofía, se planteó un problema en torno al conocimiento en general y en torno al método científico. Además, en estos siglos se produjo en la ciencia un enorme avance, que culminó en el siglo XVII con dos importantes consecuencias:
a) El cálculo infinitesimal. Obra del gran matemático y filósofo Wilhelm Leibniz y del físico Isaac Newton. Ambos científicos llegaron al mismo descubrimiento y durante su vida se disputaron la paternidad del hallazgo.
b) La geometría analítica de René Descartes. Tanto la geometría analítica como el cálculo infinitesimal constituyeron un enorme avance para la matemática, que se aplicó como auxiliar e instrumento para las otras ciencias, adquiriendo éstas también un gran desarrollo. Así, la matemática se convirtió en esos momentos en ciencia modelo respecto de las demás por sus condiciones de exactitud y rigor.
La filosofía, por lo tanto, se cuestionó en esos momentos el problema del método, es decir, el camino a seguir para alcanzar el rigor al que había llegado la matemática.

REVOLUCIONES: CONCEPTO





CONCEPTO DE REVOLUCIÓN

La construcción de repúblicas en Hispanoamérica fue el resultado de un proceso revolucionario que, guiado por las ideas de la Ilustración, culminó con el reemplazo de las formas monárquicas de gob¡erno y con el inicio de profundos cambios en las sociedades en las que tuvo lugar.

Los investigadores han construido el concepto revolución para analizar los procesos de cambio, rápidos y efectivos, que transforman los aspectos centrales de un orden social. Uno de estos procesos fue el que dio lugar a la constitución de un modo totalmente nuevo de ejercer el poder: la república. Conocer sus características permite comprender los cambios que llevaron a la ruptura del orden colonial en América.

¿Qué son las revoluciones?

Las revoluciones son una forma particular de movimiento social, mediante las cuales algunos sectores subalternos intentan destruir los aspectos centrales del orden vigente, al que consideran injusto, y construir uno nuevo. En términos generales, las revoluciones poseen determinadas características que las distinguen de otras acciones colectiva , como las revueltas o las rebeliones. Para que una acción colectiva sea considerada revolución, deben estar presentes los elementos que a continuación se señalan:



• Crisis del sistema de dominación: Las revoluciones se producen cuando los sectores dominantes tienen dificultades para continuar ejerciendo su poder. Esta situación puede ser el resultado de luchas en el interior de la sociedad y/o de una derrota en conflictos armados con Estados extranjeros. Estas dificultades se combinan con la negativa de los dominados de continuar siéndolo.

• Amplia participación de la población: El descontento o el rechazo al orden vigente se manifiesta en la participación de un sector amplio de la población, que apoya o se involucra directamente en el movimiento social que provoca la destrucción de dicho orden. Esta participación se produce liderada por algunos individuos con capacidad de mando y de organización de los grupos revolucionarios.

• Violencia: En toda revolución se ejerce algún tipo de violencia, tanto de parte de los grupos que actúan contra el orden, como de los que lo defienden.

• Sustitución de las autoridades : Las acciones culminan con la destitución de las autoridades del viejo orden, y su reemplazo por otras, provenientes de los grupos revolucionarios.

• Capacidad para ejercer el poder: Una vez que son reemplazadas las autoridades cuestionadas, los revolucionarios poseen los recursos para imponerse definitivamente sobre fuerzas que se les oponen.

• Construcción de un nuevo orden: Los revolucionarios triunfantes emprenden la transformación de los aspectos centrales de la sociedad y, mediante profundos cambios económicos, políticos y sociales, inician la construcción de un nuevo orden social.

El resultado de toda revolución es la destrucción del orden vigente y el comienzo de la
construcción de uno nuevo. La destrucción del viejo orden. La violencia armada, o la amenaza de su uso,
ocupa un lunar central en toda revolución.

CRISIS DEL ORDEN Y REVOLUCION: Las tensiones, los conflictos, las luchas, las transformaciones, son características comunes y reiteradas de las sociedades. Los investigadores en ciencias sociales utilizan el concepto crisis para referirse a los procesos en los cuales se profundizan las tensiones o conflictos del orden social vigente. En los momentos de crisis, los grupos dominantes suelen llevar adelante reformas con el objetivo de mantener o conservar el orden social.

Por su parte, desde los grupos o sectores sociales perjudicados, pueden intentarse acciones tendientes a modificar la situación. Algunas veces tendrán éxito los primeros; otras, serán los segundos quienes lograrán su objetivo. Cuando los cambios impulsados por los grupos subalternos logran imponerse y se transforman los aspectos sustanciales del orden social, la crisis se resuelve de modo revolucionario.

Características de la acción de los revolucionarios

En toda revolución coinciden la incapacidad de los grupos dominantes de continuar ejerciendo el poder y la presencia de ciertas características en los grupos que emprenden este tipo de acción colectiva, como por ejemplo:

• Alguna conciencia de cuáles son sus intereses, necesidades y objetivos, y cuáles las causas por las que éstos se ven postergados.

• Capacidad de transformar los objetivos individuales en objetivos colectivos y organizar los planteos.

• Disposición para integrar en las acciones revolucionarias a la mayor cantidad de sectores interesados en que se produzcan cambios, mediante el establecimiento de alianzas.

• Claridad en la planificación de las acciones, es decir, respecto de qué hacer, cuándo y dónde.

• Disponibilidad de recursos suficientes para iniciar la lucha: medios de comunicación, dinero, armas, etc.

• Capacidad para aprovechar las oportunidades en las cuales las acciones tienen mayor posibilidad de resultar exitosas.

Toda revolución cuenta con un grupo reducido de líderes que impulsan
y organizan las acciones en contra del viejo orden.

DIFERENTES TIPOS DE MOVIMIENTOS SOCIALES

Revueltas, rebeliones y revoluciones constituyen tipos de movimientos colectivos desarrollados por los sectores subalternos en una sociedad. Las primeras poseen escasa organización, son esporádicas, espontáneas y de corta duración, ocupan un área reducida del territorio y se extinguen cuando los reclamos puntuales que efectúan sus líderes son satisfechos, o bien, cuando las fuerzas del orden proceden a la represión violenta.

Las rebeliones, en cambio, poseen un nivel mayor de organización y se prolongan en el tiempo, pudiendo integrar los reclamos y demandas de diferentes sectores. En éstas, el ejercicio de la violencia par parte de los rebeldes es mucho más amplio, al igual que los alcances de la represión. Cuando logran triunfar, obtienen algunas modificaciones parciales en el orden social, que satisfacen las demandas, aunque no significan cambios en sus aspectos centrales.

En otras ocasiones, el objetivo de las acciones es un cambio de los elementos esenciales que hacen posible que el orden se mantenga y se reproduzca, es decir, se propone un cambio de orden. Se cuestione quién domina y por qué o qué se produce, cómo y para el beneficio de quién, etc. En este caso, si las acciones son exitosas llevan a la destrucción del orden social vigente y al comienzo de la construcción de uno nuevo, sobre otras bases. Éstas son las que los investigadores denominan revoluciones.

Fuente Consultada: Pensar La Historia-Argentina desde una historia de América Latina Capitulo 3 (De Revoluciones e Independencia)